Desde el Consejo Escolar de la Comunidad de Madrid se ha organizado el El Foro por la Convivencia 2018 con un lema que refleja los pilares básicos de EDUAL “Educar las emociones y mejorar la convivencia”. Docentes, profesionales de la educación y familias participamos de esta reflexión ya que la gestión de la inteligencia emocional repercute directamente en los conflictos y vida del centro escolar.

El papel de la escuela y el profesorado

Alrededor de un 40% del profesorado de Primaria y Secundaria participante en el encuentro entendía que la educación emocional del alumnado correspondía exclusivamente a las familias. Desde EDUAL somos conscientes de las dificultades y presiones con las que se encuentra el equipo docente a nivel curricular, pero como decía Alberto Acosta, Catedrático del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada “las emociones
son información, repercuten en el rendimiento académico y por ello se deben incorporar a las aulas”.

La convivencia exige compartir una relación interpersonal donde los conflictos forman parte de la misma, también en la escuela, entenderlos y abordarlos a través de una educación emocional es exigente y requiere disponer de recursos para ello. Hemos de dotar a los/las alumnos/as de ello pero también a la comunidad educativa, con la misma formación y motivación emocional que tienen en otras áreas.

La escuela no puede quedarse al margen y delegar en la familia esta tarea. La alfabetización emocional nos prepara para la vida ya que la manera en la que reconocemos y regulamos las emociones influye en nuestros pensamientos y acciones. Es competencia de todos, aunque el entorno escolar no fue diseñado para ello nos corresponde reescribirlo.

 

Experiencias educativas

Incorporar este pensar y sentir es posible como demostraron los/las directores/as de cuatro centros escolares, pero queremos destacar la llevada a cabo por el Instituto de Educación Secundaria Profesor Julio Pérez de Rivas-Vaciamadrid.

El equipo directivo cree y defiende un Proyecto de centro en el que pretenden emocionar con el aprendizaje. La utilización del lenguaje positivo, el equipo de convivencia y mediación o el líder emocional son solo algunas de las grandes iniciativas que desarrollan. Y es que buscan hacer de la educación emocional su seña de identidad. “Reducir lo emocional a actividades extraescolares y tutorías se queda corto, hay que introducirlo a la vida del aula” como defiende Juan Carlos Hervás, director del centro.

Los aspectos emocionales repercuten directamente en los procesos de enseñanza aprendizaje y darles tanto valor como lo cognitivo ayudará a mejorar la convivencia de nuestros centros, y por ende de nuestra sociedad en general.